lunes, 13 de noviembre de 2023

La espiral de los Constructores. Extracto de "A la sombra de los Templarios. Los enigmas del Camino de Santiago"

El Cuadrado Mágico de la Oca.

✠ El Camino de Santiago es, ante todo, un camino de constructores y no de unos albañiles cualquiera, sino de Compañeros Constructores. Pues bien, el camino de la Oca figurado en el tablero de dicho juego es también una ruta de constructores: de quienes caminando por la vida construyen su ruta espiritual para acceder al renovado Jardín del Edén, tras el Apocalipsis. La propia forma del tablero de juego nos lo revela, es una espiral como la concha de caracol. Esa espiral que aparece en los petroglifos neolíticos atlánticos (Irlanda, Galicia, Bretaña, Asturias, Canarias), la misma espiral que se encuentra en las marcas compañeriles de tantos templos románicos; la misma espiral del laberinto medieval de San Pedro de Siresa, en el Valle de Ansó (Huesca); la misma de ese caracol que se desliza por la baranda del coro de Notre Dame de L’Epine (Francia), o por el arco de acceso al claustro de San Juan de la Peña (Huesca); la misma espiral del caracol que sirve de montura a ese gnomo de la Catedral de León (España) y ha sido reproducido en la casilla número 44 de un tablero de la Oca, el mismo que en su casilla número 36 coloca una figura de Oca ataviada de peregrina jacobea, sombrero, bordón y recipiente incluidos… 

© 2022 Rafael Alarcón Herrera. "A la sombra de los Templarios.. Los enigmas del Camino de Santiago" Parte II. Capítulo 4. Páginas 91-94. .Edición 2022. Totum Revolutum Books. 

Grabado "El Juego de la Oca o la espiral de los Maestros Constructores", de Patricia R. Muñoz. Conoce más acerca de la edición facsímil del grabado. Pincha aquí. 

✠ 
Volviendo al caracol, del que la espiral es su jeroglífico, debemos señalar que dicho animalito es el símbolo distintivo de los Compañeros Constructores, en cuanto signo de oficio, como lo es la pata de oca y la Oca misma en su vertiente iniciática. Y no estará de más recordar que la Compañía es una Caballería de Oficio, paralela a la Caballería, andante o no, de monjes y guerreros como eran los del Temple o los de San Antón. Así, estos constructores, cuyas insignias de iniciación en su oficio y en el ejercicio del mismo son el caracol y la pata de Oca, se nos revelan como verdaderos “Caballeros Cygnatus”. Caballeros del Cisne, a la vez que caballeros Signados, señalados, pues haciendo uso de la cábala fonética podemos jugar con las palabras latinas “cygnus”, cisne, y “signum”, signo o señal. Al fin y al cabo el cisne aparece con frecuencia como complemento masculino de la Oca, al menos desde el punto de vista simbólico, como ocurre en el caso de Zeus-cisne apareándose con Leda-oca, de cuya unión nacerían los Dioscuros: Cástor y Pólux, amén de la hermosa Helena pródiga en raptos. Efectivamente, cuando Helena contaba tan solo quince años fue arrebatada por Teseo, quien había sido educado por el centauro Quirón, al igual que los Dioscuros. Estos últimos se encargaron de libertar a su hermana de ese primer raptor, famoso por haber luchado victoriosamente con el Minotauro en su laberinto.

Ilustración de Patricia R. Muñoz de un relieve de la catedral del León.
Dibujo incluido en el capítulo de ¨El iniciático Juego de la Oca y otros modos de diversión. En la edición de 2022 de "A la sombra de los Templarios. Los enigmas del Camino de Santiago" de Rafael Alarcón Herrera. 

✠ Como vemos, todo un complicado puzle de símbolos ancestrales que quieren significar algo muy distinto de lo que representan: un cisne y una oca tienen tres hijos, dos pequeños cisnes y una pequeña oca. Ella es raptada por un héroe griego, cincuentón ya, que había logrado entrar y salir del laberinto de Minos venciendo sus peligros gracias a las enseñanzas de un centauro; los hermanos cisnes van al rescate, para evitar que Helena-oca sufra la suerte de Ariadna, abandonada por su rescatador-seductor al poco tiempo de la hazaña. Años más tarde la pequeña oca, algo más crecida, será raptada, bien que voluntariamente, parece, por un troyano; serán entonces todos los griegos quienes acudan a rescatarla, provocando la consiguiente guerra en el transcurso de la cual aquel Palamedes inventará el Juego de la Oca.

✠ Es desde luego una mitología “laberíntica”, la que desemboca en nuestro tablero espiral, plena de símbolos con doble y triple sentido, que sólo puede ser desenmascarada siguiendo un hilo sutil. ¿Tal vez el hilo de Ariadna anudado a la puerta del laberinto? Laberinto espiraloide que los Compañeros pueden recorrer, indistintamente, a lomos de la Jaca-Cábala, a pie con sus palmeadas patas de Oca, o cabalgando sobre un caracol…


A LA SOMBRA DE LOS TEMPLARIOS. ILUSTRADO EDICIÓN DE 2022. A la sombra de los Templarios. Los enigmas del Camino de Santiago" de Rafael Alarcón Herrera. Edición ampliada e ilustrada de un gran clásico en el que se desvelan los orígenes del Camino de Santiago por influencia de los Templarios. .


✠ Retornando a nuestros medievales Compañeros Constructores, hay ciertos elementos simbólicos que les son propios y que se corresponden paralelamente con señales del Camino Jacobeo y del Camino de la Oca, aunque quizá sea más acertado decir que determinadas casillas del juego de la Oca están marcadas, definidas, por los simbólicos elementos ocultos del Camino de Santiago. 

✠ De entrada podemos comprobar cómo en todos los tableros, antiguos y modernos, queda señalada la personalidad “mágica” del personaje que, sobre el dibujo, va a realizar la peregrinación. Dicho individuo, que puede aparecer tanto en una casilla especial sin numerar, como en la número uno, adopta las más variadas personalidades: un juglar, un gnomo, un mago o astrólogo, una pastorcilla, un trotamundos o peregrino, etc., los cuales suelen aparecer en una de estas dos posturas: o bien están en actitud de arrojar los dados para comenzar el juego, o bien conducen una pequeña bandada de ocas animándolas, con su varita o cayado, a iniciar el recorrido por el espiral sendero. En cualquier caso está claro que nuestro personaje simboliza al Maestro, o Maestra, iniciáticos, dispuesto a guiarnos por el Camino con la ayuda de su vara mágica o con las instrucciones contenidas en las medidas armónicas de los dados, verdaderas piedras angulares del juego como de toda construcción teórica.

Disco de Phaistos, ilustración en proceso por Patricia R. Muñoz. Dibujo incluido en el capítulo de ¨El iniciático Juego de la Oca y otros modos de diversión. En la edición de 2022 de "A la sombra de los Templarios. Los enigmas del Camino de Santiago" de Rafael Alarcón Herrera. 


✠ En la casilla núm. 6 encontramos el Puente, obra magna de ingeniería compañeril por la que los constructores de grado superior recibían el título de “Pontífice”, lo que lleva implícito un doble sentido ya que, por una arte, unían ambos lados del Camino salvando un obstáculo natural, y por otra parte, unían ambas orillas de una realidad común mediante el símbolo vivo de las piedras talladas, lo celeste trascendente y lo terrestre cotidiano cruzaba el puente simbólico en ambas direcciones, ejerciendo una especie de “sacerdocio de oficio”. No en vano se les llamaba “pontífices” en el sentido latino del término, es decir “guardianes de puentes”, el mismo apelativo aplicado en la antigüedad clásica a los sacerdotes guardianes de los templos sitos al extremo de los puentes. Por ello, cruzar el puente mágico-sagrado requiere un esfuerzo, es preciso pagar un canon al llegar al puente del juego, que no es tanto por el peaje como por el aprendizaje realizado, al tiempo que un óbolo u ofrenda que propicie la influencia del “genio” de las aguas. La tensión y el esfuerzo realizados se compensan con un descanso en la Posada.

✠ Dicha Posada, casilla núm. 19, es también una Hospedería, un albergue como los muchos que jalonaban la ruta compostelana, especialmente útiles en los tramos duros del camino –Somport, Villafranca Montes de Oca, El Cebrero– para reponer fuerzas y sanar dolencias. Pero se puede caer en la tentación de holgazanear más de la cuenta, por eso el jugador que llega a la Posada tiene penalización y pierde un tiempo que le sería muy útil. El caminante atento debe evitar los goces de dicho establecimiento y descansar al raso, con las estrellas por dosel y las piedras por almohada.
Piedras que encontramos en las casillas núm. 26 y 53, en forma de Dados o lo que es igual “piedras Cúbicas” o “piedras Angulares”. Ellas son el patrón fundamental, síntesis de todas las medidas armónicas del universo, número áureo, codo sagrado, etc., y maestras primordiales del arte del cantero. Por ello el jugador avanza en la construcción de su ruta según lo que le enseñan tales piedras: 6 + 3 = 9 en la casilla núm. 26, y 5 + 4 = 9 en la casilla núm. 53, lo que en el primer caso equivale a evitar el Pozo y en el segundo a soslayar la Muerte.

✠ Porque el Pozo sagrado, casilla núm. 31, presente en la mayoría de los edificios religiosos del medievo –templos, catedrales, ermitas– tanto en el interior como en el exterior, aunque servía para sacar provecho de las venas telúricas que serpentean bajo tierra en forma de aguas “milagrosas” o medicinales, también contenían en ocasiones diversos encantamientos o estaban habitados por genios traviesos y hadas peligrosas. Así pues, al abrir un pozo, los constructores abrían una puerta peligrosa, en la que el jugador despistado se introduce llevado de su encanto, debiendo por ello permanecer “encantado” hasta que alguien lo rescate.

✠ Igualmente revelador es el Laberinto, casilla núm. 42, algunas veces representado como una simple espiral, circular o cuadrada, y otras como una espiral serpenteante: circular, cuadrada, e incluso octogonal simple o compuesta semejando un mandálico tablero de Parchís como en Reims, que los constructores colocaban en el pavimento de las iglesias y catedrales del medievo, junto con las tablas cuadradas de las que hablaremos más adelante, y alrededor del cual –y sobre el mismo– danzaban los fieles ritualmente, dirigidos en ocasiones por el propio Obispo en una ceremonia que no era sino el sincretismo de antiquísimos ritos greco-cretenses: las danzas denominadas “el Laberinto”, “la Ariadna”, y “el Dédalo”, creada por el propio Dédalo y enseñada por éste o por Ariadna al entonces joven Teseo, quien luego las instaurará en Delos como rito regular a la Madre Tierra; las mismas que menciona el satírico Luciano, en el siglo II a.n.e., en su Tratado sobre la Danza, indicando que las gentes de Creta y Delos todavía las bailaban. Danza sagrada que era bailada en corro, al estilo de los siete gnomos que bailan tomados de la mano ocupando las casillas número 47, 48, y 49, de un peculiar tablero de la Oca.
 
Las Ocas tienen ganas de Juego!

✠ Y no deja de ser curioso que, en un antiguo juego de la Oca, el laberinto aparezca representado como una torre espiral, cual Torre de Babel: el primer edificio importante de la historia según la leyenda bíblica, y prototipo simbólico de toda construcción posterior, a la vez que significativo deseo de trascendencia ascendiendo a mundos superiores mediante un camino dificultoso. Es por ello que el caminante iniciado debe superar este obstáculo adecuadamente, so pena de volver atrás, hasta la casilla núm. 30, y tener que afrontar nuevamente el Pozo tras haber perdido un tiempo irrecuperable, a la vez que se arriesga nuevamente ante el Laberinto.

✠ Incluso si el caminante logra superar todos los obstáculos, en un lugar tan avanzado como la casilla núm. 52, aún le espera algo tan terrible como la Cárcel. Esta simboliza tanto la cerrazón de nuestra mente a realidades que son ajenas a nuestro plano vital, como el encierro real, cuando no la hoguera, para aquellos imprudentes peregrinos que no ocultaban bien su heterodoxia. De ahí que el jugador pueda permanecer encarcelado, si alguien no lo redime, sin poder finalizar el juego.

✠ Luego viene la Muerte, casilla núm. 58, que podemos ver como un recuerdo de los rituales iniciáticos practicados por los Compañeros constructores, dentro del simbolismo muerte-resurrección. La muerte a este plano de existencia como un paso a otro mundo superior situado más allá de la puerta del Jardín, ello a condición de no caer en esta trampa, la mayor del Camino, creyendo que la muerte es un fin en sí misma y el término del peregrinaje. Lo que significaría “morir” al juego actual con la obligación de “reencarnarse” al comienzo del mismo, para intentar superar nuevamente las pruebas. Porque la meta aparente de la peregrinación es Compostela, lugar de tumba, de muerte, pero la meta real está un poco más allá, en la costa, tras la puerta.

✠ Finalmente la Puerta del jardín, casilla núm. 63, por la que no todos entran a la primera, pues muchos han de esperar largo tiempo hasta que el dado –se juega con uno solo desde la casilla núm. 60– les proporcione el número clave que abre el recinto mágico donde reside la Dama-Madre-Oca, ese Centro supremo que no corresponde a ningún lugar geográfico porque pertenece al reino del Espíritu, y que por lo mismo en el tablero de la Oca se representa como un espacio sin numerar.

✠ Un ameno Jardín de la Oca donde la divinidad sin nombre guarda toda su sabiduría y el secreto del número no escrito, invisible, pero presente: el 64. 

© 2022 Rafael Alarcón Herrera. "A la sombra de los Templarios.. Los enigmas del Camino de Santiago" Parte II. Capítulo 4. Páginas 91-94. .Edición 2022. Totum Revolutum Books. 

 Más información

·         Web oficial: www.patadeoca.com

·         Blog “El Camino de la Oca”: http://patadeoca.blogspot.com/

·         Página de Facebook de PatadeOca: https://www.facebook.com/profile.php?id=100064692249067

·         Entrevista a Patricia R. Muñoz

Acerca de Rafael Alarcón Herrera.

·         Entrevista a Rafael Alarcón Herrera.

·         Página editorial: https://totumrevolutumbooks.blogspot.com/p/rafael-alarcon-herrera-escritor-e.html

Relacionado:

·         Página de Facebook de “La erótica sagrada del románico”

·         Página de Facebook de “A la sombra de los Templarios”



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se moderan todos los comentarios.